Bellisima Roma.

No se por donde empezar para describir la ciudad eterna, repleta de historia, cuna de la humanismo europeo, testigo de lo mejor y lo peor del ser humano.

Recorrer sus calles te impregna de historia, y arte, todos sus rincones trasmiten sensaciones de otros tiempos, y empaparse de Roma lleva tiempo, mucho mas de lo que tiene un turista de fin de semana.

En el recorrido que recomiendo, se parte de la estación central de la ciudad, Termini y caminando se descubren uno por uno una pequeña parte de la Roma deslumbrante.

La Roma mas antigua, los foros imperiales y el Coliseo ya requieren su tiempo. Imaginarse aquello en ebullición, esa magnifica obra llena de publico jadeando  en los espectáculos de gladiadores te pone los pelos de punta, ya solamente contemplar el anochecer  en aquel lugar, ya te trasmite vibraciones mágicas; es un lugar especial. 

 Los foros y el circo máximo, es donde tienes que hacer un ejercicio de imaginación, pues en realidad es una explanada, pero el estar allí, en el centro del mundo, desde donde parten todos los caminos te lleva a otra dimensión. 

 Saliendo de aquella zona nos adentramos por la vía del corso dejando atrás la Plaza de Venecia, majestuosa, de otra época, y entramos en la vía del corso. La escalinata de la Plaza de España, impresionante también la plaza de la Navona, y como no, el Panteón romano, único. 

 La fontana de Trevi, recién restaurada  es parada obligatoria. 

Cruzando el Tiber llegaremos al Castillo de San Angelo, y por la vía de conciliazione entramos en el Vaticano. Impresiona la columnata de San Pedro, la basílica, la tumba de Pedro, y la de Juan Pablo II, repleta de creyentes y turistas. 

La piedad de Miguel Ángel te deja sin aliento la primera vez que la ves ¿como se puede conseguir esa obra desde una simple piedra? 

Nos esperan los Museos Vaticanos, un tesoro impresionante, las estancias de Rafael, y la capilla Sixtina, obra cumbre del genio Miguel Angel.

 Tomar el metro y visitar San Pablo de extramuros, no te dejará indiferente.

La ciudad de Rómulo y Remo tiene miles de rincones mas, pasear y conocerlos es un manjar que siempre te deja con ganas de mas, con ganas de repetir.

 

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Castillo de Bayuela y el Pielago.

Muchos meses esperando hacer esta ruta, buscando el momento perfecto para pillar el otoño luciendo sus colores, en robles y castaños en este rincón de la provincia de Toledo.

Tomo como punto de partida la localidad de Castillo de Bayuela, abandono el pueblo para meterme en una trialera rota, de pendiente pronunciada y piedras por doquier. Se acaba y encaro el camino hacia Hinojosa de San Vicente, rampones cementados y rallados para que puedan agarrar las ruedas de los vehículos que transitan por la zona, las pulsaciones ya están a tope, empiezo a sudar.

Dejo atrás este pequeño pueblo toledano, tranquilo, casi durmiendo y tomo la subida por la senda de Viriato para dirigirme al Piélago, las rampas me castigan menos que en el tramo anterior, y pedalada a pedalada voy tomando altura. Coincido en un tramo con David, un biker de la zona que me hará las veces de guía y da buena fe de ser conocedor del terreno.

El pino del principio, repoblado en los años 50, va dejando espacio al roble que empieza a deleitarnos con los ocres y marrones. Comienza el espectáculo.

Vamos tomando altura, las vistas sobre el valle del Tietar nos asoman a la llanura abulense, y poco a poco llegamos a las antenas que coronan la sierra. La temperatura ha bajado considerablemente y el viento empieza a hacer de las suyas.

Nos espera el Piélago, castaños y robles hacen las delicias de familias paseando y recogiendo castañas. Toca bajar al Real de San Vicente, nos asomamos al otro lado de la Sierra, esta vez sobre Toledo, el Alberche baña el otro lado.  Deslumbra el contraste del llano toledano con la sierra. Todo un espectáculo.

Bajada rápida, tanto subir para bajar en minutos, es muy pronunciada y te deja en las piscinas del Real en cero coma.

Un poco de carretera para tomar la cañada Real de las Merinas, pista y para abajo que me devuelve al punto de partida.

Un deleite para los sentidos.

Saludos!!!!

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Edimburgo.

Nada mas llegar a Edimburgo la humedad y colores te impregnan de una atmosfera distinta, que invita a la superstición, a los fantasmas y al amargo de un buen whisky.

Sorprende que con una temperatura tan helida, y con la humedad del ambiente el escoces camine con tan poca ropa, sus desayunos contundentes hipercalóricos los ponen en danza desde bien temprano.

Enigmática donde las haya, Edimburgo te brinda un clima sorprendente, en el mismo día tienen sol, llueve, puede granizar y nevar al mismo tiempo. Tiene vida, la piedra cubierta de agua,  la humedad y el brillo del sol te ofrece unos colores distintos. No es de extrañar que tengan un fantasma en cada castillo, las sombras y las penumbras junto al viento crea un ambiente que invita al terror imaginativo. 

Pero no solo tienen fantasmas y castillos, esta repleta de monumentos a grandes pensadores que han contribuido al desarrollo mundial, personajes como Darwin son nativos de Edimburgo. 

Llama la atención que los cementerios sean de visita turística, además de su castillo, impresionante, y la abadía de Holyrood, o la enigmática Capilla de Roslyn. 

A unos pocos kilómetros de Edimburgo puedes además visitar castillos normandos junto al mar, enigmáticos todos, o el lago Ness. 

Un sin fin de visitas todas ellas interesantes, se recibe una hospitalidad sorprendente, el Escocés es hospitalario. 

No lo pienses y escapaté a Edimburgo. 

Saludos,

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